Calzada romana de la Fuenfría

En el siglo I d. C., en época del emperador Vespasiano, siguiendo la política del Imperio Romano para cohesionar los territorios conquistados, facilitar el movimiento de avance de tropas y mercancías, y facilitar el control de las provincias, se construyó una calzada que unía ambas mesetas desde Miacum, actual Collado Mediano en Madrid, a Segovia. Es un camino empedrado que cruzaba la sierra de Guadarrama por el valle y el puerto de la Fuenfría y el de Valsaín, en la sierra de Guadarrama.

El itinerario de Antonino, texto del siglo III que recoge todas las vías del Imperio romano, recopila este trazado como parte de la vía XXIV, que unía Emerita Augusta (Mérida) con Caesaraugusta (Zaragoza).

En el período medieval fue nexo desde la Meseta Sur hacia el camino de Santiago francés; con los Austrias se utilizó como medio para desplazarse a Valsaín, donde la caza era abundante, y con los Borbones fue Camino Real tras la construcción de los palacios de Riofrío y La Granja. Era el paso natural más asequible desde Madrid hacia el norte y estuvo en uso hasta 1788, cuando se abrió la carretera del Puerto de Navacerrada.

Como puntos más destacados de su trazado tenemos la Casa de Postas, conocida como Casa Eraso, mandada construir por Felipe II o el puente del Descalzo, situado ya en la vertiente madrileña.

Su construcción se realizó al modo romano, excavando la caja, colocando piedras en los laterales y rellenando ese espacio con diferentes capas superpuestas, con cunetas laterales que facilitaban el drenaje. Esta estructura antigua perduró, pero sufrió numerosas modificaciones como las realizadas por los Borbones, siendo la obra más destacada la realizada por Felipe V, que transformó el trazado parcialmente mejorando muchos tramos, tanto en sus dimensiones como en su fábrica.

En la actualidad en la provincia de Segovia se pueden recorrer varios tramos de los caminos de la Fuenfría que han sido acondicionados y señalizados, tanto con paneles informativos, como por indicadores del trazado, siendo recorrido diariamente por numerosos senderistas y ciclistas. Incluso en las cercanías de Segovia, en el punto en que el camino entraba en la ciudad, se ha reconstruido un pequeño tramo que reproduce una vía romana.