Ingeniería

La Vía de la Plata en Salamanca

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Los romanos construyeron una calzada que comunicaba Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga) que atraviesa la comunidad de Castilla y León desde el sur hacia el norte; se conoce como “La Vía de la Plata”, y se trata en realidad de una ruta ancestral de contacto entre los territorios occidentales ibéricos. Con su construcción, el Imperio pretendía comunicar el sur de la península, que estaba ya plenamente romanizado, con el norte, que acababa de ser incorporado al Imperio y donde se encontraban las codiciadas minas de oro. Uno de los principales usos de esta vía fue el transporte de este mineral, además de formar parte de la red de comunicaciones establecida para facilitar la conquista, el movimiento de tropas, mercancías y viajeros.

El recorrido de la vía unía desde época de Augusto dos de las ciudades más destacadas del Imperio y para ello se aprovechó un trazado que había sido usado ya por las poblaciones que les precedieron. Pero los romanos desarrollaron sus conocimientos técnicos y fueron capaces de construir puentes de piedra que salvaban los arroyos y ríos que antes dificultaban el paso y empedraron determinados tramos, los principales. Así, se unió la tradición con la ingeniería romana para dar lugar a una vía cuyo trazado, no solo se utilizó durante el Imperio, sino que aún sigue vivo.

Su trazado atraviesa en Castilla y León las provincias de Salamanca, siendo el término de Peñacaballera el primero, las de Zamora y León, finalizando en Astorga. En la actualidad este recorrido está declarado Bien de Interés Cultural con el nombre de «Calzada de la Plata».

A lo largo de su trazado, se colocaron numerosos miliarios. Son grandes hitos de piedra con forma de columnas, normalmente de granito, que se colocaban en las vías marcando la distancia en millas a las ciudades próximas. Además, incluían alusiones al emperador que reinaba en el momento de su construcción como propaganda imperial.

Aun se pueden ver en la vía hasta 28 de estos miliarios, de los que algunos se encuentran en su posición original, mientras que otros han sido trasladados. Se pueden ver en los términos de Peñacaballera, Puerto de Béjar, Cantagallo, Béjar, Peromingo, Fuenterroble de Salvatierra o Casafranca.

También puede contemplar el caminante algunos tramos con el empedrado original romano, como sucede en el Puerto de Béjar en el Puente de la Malena, en el término de Casafranca o en las inmediaciones de Salamanca, en el paraje conocido como el Zurguén. 

Un punto llamativo está en Calzada de Béjar, donde la vía romana es hoy la calle principal de la localidad y en su recorrido se puede, además, disfrutar de la arquitectura tradicional. En sus inmediaciones se encuentra el lugar conocido como El Castillo, donde se conservan los restos de un fortín romano de los siglos III y IV. Es una robusta estructura cuadrangular situada en un lugar elevado desde el que se seguía controlaba el tráfico de viajeros y mercancías por este tramo de la Vía de la Plata.

Además, en determinados puntos del trazado se han establecido zonas divulgativas con diversa información en los que se cuenta el origen de la vía, las técnicas empleadas en su construcción, su historia o aspectos más concretos para completar así la experiencia del visitante. Así sucede en Fuenterroble de Salvatierra, donde junto a la iglesia el viajero se encuentra con un espacio con paneles informativos sobre la calzada, además de miliarios, colocados en posición secundaria, algunas lápidas funerarias romanas e incluso un tramo recreado de una calzada romana.

En Morille, ya llegando a Salamanca desde el sur, el caminante cruza un puente también posiblemente romano, desde el que ya puede ver las torres de las catedrales de Salamanca. En esta localidad está el Centro de Promoción y Estudios de la Vía de la Plata; se trata de un centro de investigación y estudio que también se ocupa de su divulgación.

Un punto destacado del recorrido es la llegada a Salamanca, la antigua Helmántica, a la que el caminante accedía por el que hoy se denomina Puente Romano que cruza el Tormes. Al norte de la ciudad, la vía se ha perdido en determinados puntos ya que sobre ella se han desarrollado las modernas vías de comunicación, que la oculta parcialmente, o bien se solapa con la cañada ganadera de La Vizana.

En Calzada de Valdunciel se pueden contemplar varios restos que recuerdan el origen romano de la vía como numerosos restos de miliarios, que han sido reubicados o la llamada Fuente Buena en cuya construcción se utilizó una estela funeraria romana. Esta localidad acoge el Centro de interpretación de los Caminos Históricos que muestra un panorama sobre las vías históricas, desde la calzada de la Plata a las grandes cañadas trashumantes.

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