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Antigua Rauda y aula arqueológica en Roa de Duero

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La localidad de Roa se localiza en una plataforma escarpada sobre la margen derecha del Duero que le confiere una posición estratégica y de dominio visual del fértil valle fluvial. Todo ello ha propiciado que el emplazamiento estuviera ocupado por comunidades de agricultores y ganaderos desde la Prehistoria.

Allí se han documentado evidencias de un poblado de la Primera edad del Hierro (hacia el 600 a. C.), caracterizado por viviendas de planta circular construidas con adobes con paredes interiores decoradas con pintura mural, piezas cerámicas producidas a mano y utensilios metálicos de bronce. Es un asentamiento más de la cultura conocida como del “Soto de Medinilla”, el primer grupo de agricultores verdaderamente sedentarios establecidos durante varios siglos el área central del valle del Duero.

Con el paso de los siglos, esta primera ocupación se transformó en el núcleo de Rauda, un poblado prerromano vacceo que superó en extensión al precedente; se hallaba fortificado, con foso y muralla, y tenía una cierta organización compleja tanto desde el punto de vista económico, como territorial y político. En la arquitectura doméstica predominan las cases de muros rectos y las cerámicas que utilizaban estaban ya realizadas usando el torno de alfarero y decoradas con motivos pintados, e inspiradas en la alfarería del este de la Península Ibérica.

Tras la conquista romana, en torno al siglo I a. C., su población disminuyó considerablemente hasta casi desaparecer, aunque siempre mantuvo un pequeño núcleo de población, volviendo a resurgir en las etapas visigoda y altomedieval. En el siglo XI Roa es el centro de una Comunidad de Villa y Tierra, alcanzando en esos tiempos un papel destacado en el entorno.

En la localidad, sobre el mismo yacimiento, puede visitarse el Parque Arqueológico llamado Rauda Vaccea que intenta reproducir esta dilatada ocupación humana en la villa de forma didáctica y sencilla. Se adapta a cualquier tipo de público al que llega mediante paneles, recreaciones ambientales, dioramas y un audiovisual, que llevan al visitante por la historia de Roa desde el Paleolítico Medio, el Superior, el Neolítico, la Primera Edad del Hierro y Roma. Usando la arqueología experimental se intenta sumergir al visitante en experiencias y actividades del pasado; se realizan numerosos talleres en los que el visitante puede ser un legionario romano y aprender las técnicas de combate del ejército romano, puede elaborar mosaicos, piezas de cerámicas, flechas o convertirse en un pintor de la prehistoria. Dentro de su papel didáctico se encuadran las variadas reproducciones de objetos de diversas épocas hallados en las excavaciones arqueológicas realizadas en Roa y en su entorno y que el visitante puede manipular.

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