Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras

A caballo entre ambos términos municipales, cerca ya de la provincia de Segovia, encontramos un enclave romano perteneciente a los momentos finales del imperio. Se trata de una gran residencia señorial habitada entre los siglos III y comienzos del IV, destruida parcialmente a finales del siglo IV y abandonada definitivamente en el siglo V.

Conocida desde principios del siglo XX, las excavaciones arqueológicas se fueron desarrollando de forma muy espaciada desde los años 40 a los 90, momento en el que la Diputación de Valladolid decidió recuperar el yacimiento. Se inició entonces un gran proyecto de excavación y musealización que ha significado la creación del Museo de las Villas Romanas. Los restos de la gran villa palaciega de Almenara-Puras fueron cubiertos por un edificio de 5000 m2 que cobija los 400 m2 de habitaciones con mosaicos, además de un espacio informativo y expositivo correspondiente al Museo y otras dependencias funcionales.

Las estancias de la vivienda se estructuran alrededor de dos patios que constituyen la parte noble de la casa, decorada mayoritariamente con mosaicos en los suelos y pinturas en las paredes. Los patios tenían fuentes y zonas ajardinadas y a uno de ellos, el más septentrional, se abría el oecus, el salón rectangular de 100 m2 destinada a la recepción. De planta octogonal es sin duda, la habitación más señalada de la villa, con un mosaico figurado cuyo motivo es la escena del Baño de Pegaso, en el que el caballo es aseado por dos ninfas en el monte Helicón.

El comedor principal de esta residencia también destaca por sus dimensiones, su cabecera semicircular y el mosaico figurativo, con una crátera de la que surgen motivos vegetales.

Junto a la zona de habitaciones se encontraban los baños, con la sala caliente, la fría y la templada decorada también con un mosaico geométrico que conduce a una pequeña bañera pavimentada con una representación de peces.

El visitante puede comenzar la visita por el Museo de las Villas Romanas en el que se ofrece completa información del este mundo, con audiovisuales, maquetas, paneles explicativos, dioramas, reproducciones y piezas originales procedentes de las propias excavaciones arqueológicas.  

La visita continúa con el recorrido por el yacimiento mediante un sistema de pasarelas que recorren las distintas estancias y permiten ver los mosaicos de cerca. Sobre ellas hay carteles explicativos de las habitaciones de forma que pueda comprender cómo sería el edificio cuando estaba en uso.

Además del museo y los restos arqueológicos el recorrido se puede completar con la visita a la inmediata Casa romana; se trata de un edificio exento que recrea, a tamaño natural, diversas estancias de una villa romana, con peristilo (patio con columnas) y habitaciones abiertas a él, que se han decorado con reproducciones de cerámicas, vajillas de vidrio, muebles y demás enseres al modo romano, inspirado todo ello en hallazgos y ejemplos reales.

Y como último elemento de esta amplia visita, existe un parque infantil con columpios ambientados en el mundo romano, rememorando al circo, a un templo en ruinas, una cuadriga, un cocodrilo… un espacio lúdico para amenizar la visita a los más pequeños.