Obra Civil

Castro de Yecla de Yeltes

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El Castro de Yecla la Vieja o del Castillo en Yecla de Yeltes se encuentra unos 2 km al sur de esta localidad salmantina; se trata de un emplazamiento defensivo situado en un profundo espigón fluvial. En sus inicios fue un poblado prerromano amurallado correspondiente a la cultura de los vetones, fundado sobre el 500 a.C., que luego fue romanizado a comienzos del siglo I de nuestra Era, permaneciendo habitado hasta los momentos finales del Imperio y posteriormente, durante buena parte de la Edad Media. Este lugar, habitado durante más de mil años, es un ejemplo de cómo las poblaciones autóctonas fueron transformándose con la cultura romana manteniéndose en sus mismos lugares tradicionales de habitación.

Antes de iniciar el recorrido por el yacimiento, es recomendable visitar el Aula Arqueológica que se encuentra en el edificio de las antiguas escuelas de la localidad de Yecla de Yeltes, en la Plaza mayor. El Aula muestra una maqueta del yacimiento y la evolución del asentamiento mediante dibujos explicativos y fotografías, además cuenta de con piezas originales procedentes de las excavaciones arqueológicas realizadas en el castro y de multitud de hallazgos producidos en sus terrenos. Allí se exhiben varias cabezas humanas esculpidas en granito y una magnífica escultura de un jabalí, piezas correspondientes al mundo vetón; además, se puede apreciar una buena colección de estelas funerarias romanas que proceden de la necrópolis extramuros. Un enterramiento romano ha sido recreado de forma muy realista y didáctica. También pueden verse cerámicas, armas y adornos que ilustran las sucesivas ocupaciones del castro.

Junto al Aula Arqueológica encontramos un edificio denominado La Panera que hoy es el Centro de turismo arqueológico, con un espacio abierto decorado con elemento alusivos al mundo vetón que se destina a que los más pequeños puedan participar en talleres didácticos o los mayores puedan investigar sobre el castro, dentro del edifico que ha sido habilitado para tal fin.

La visita al yacimiento, que puede realizarse de manera libre, comienza en el aparcamiento a unas decenas de metros del castro, siguiendo un itinerario cuyo primer punto es la ermita de Santiago Apóstol de los siglos XV y XVI, en la que ya se pueden ver los primeros elementos romanos, como estelas funerarias utilizadas en la construcción de sus muros o varias tumbas medievales realizadas con lajas de piedra.

El visitante puede después de la ermita recorrer la totalidad del perímetro exterior del recinto amurallado. La muralla alcanza hasta los 5 m de altura y los 14 de anchura en determinados puntos, encontrándose reconstruida en diversos tramos. El sistema defensivo tiene la muralla como elemento principal, que es de origen vetón. Muestra varias puertas y portillos, algunos abiertos en tiempos romanos como, la Puerta Sur. Todo el perímetro del castro por su exterior presenta gran cantidad de grabados sobre la piedra, con escenas de jinetes, caballos y perros, junto a otros geométricos, destacando en especial el de una yegua con su cría. Extramuros de la zona norte se conserva además un campo de piedras hincadas, un magnífico método de impedir el acceso de la caballería enemiga.

También al exterior del recinto amurallado encontramos la necrópolis tardorromana, en la que se han dejado expuestas varias tumbas construidas con lajas de granito, protegidas mediante una escenografía vistosa con una pirámide de cristal. El visitante puede encontrar aquí ofrece información sobre los rituales funerarios vetones y romanos.

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