La ciudad de Cauca

La actual localidad de Coca es el resultado de la evolución de un núcleo que en época prerromana Vaccea superaba con mucho la extensión del actual.

La importancia de dicho asentamiento le hizo ser un objetivo durante la conquista romana lo que, tras varios intentos, sucedió en el año 151 a. C. cuando el Cónsul Lucio Licinio Lúculo, sin la autorización del Senado,  destruyó la ciudad provocando un gran incendio y, según narran las fuentes clásicas, ejecutó tras la rendición a gran parte de sus habitantes, traicionando su palabra.  

Un nuevo asalto se produjo en el año 74 a. C. cuando Cauca apoyó a Sertorio que se proclamó gobernador de la Hispania Citerior en las guerras civiles romanas que se desarrollaron en suelo hispano. Como el aristócrata Pompeyo le derrotó, la ciudad pagó su participación en el conflicto siendo atacada de nuevo.  

Prueba de las obras de defensa frente a estos asedios es la imponente muralla de más de 5 metros de anchura, construida con adobes en los momentos de la conquista romana, que rodeaba la ciudad y que ha sido recientemente excavada, pero que no es visitable en la actualidad. La muralla medieval de la villa sigue el mismo trazado que la vaccea. Junto a su puerta de acceso existen dos esculturas de granitos o verracos, muestras de su pasado vacceo.

Dentro ya de la órbita romana la ciudad llegó a ser municipio en el siglo II, aunque fue decayendo en importancia y su extensión se fue reduciendo, Conserva algunas evidencias de su pasado clásico, como el edificio de Los Cinco Caños, localizado a las afueras de la población Coca, junto a la margen opuesta del río Eresma.

El edificio descubierto corresponde a un ninfeo, una fuente pública aprovechando un manantial, que estaría dedicado a las ninfas u otras divinidades acuáticas y sería un lugar de recreo y encuentro de las clases acomodadas. Se han descubierto los restos de varias estancias, en una construcción de planta alargada con tres ábsides y columnas. Destacan las pinturas murales que conservan en su posición original sobre los muros de piedra, con una altura de casi dos metros, con motivos figurados y geométricos. Los restos se encuentran protegidos por una cubierta y cuentan con paneles informativos que explican las diferentes salas del edifico y sus usos.