Villa romana de Santa Cruz en Baños de Valdearados

Descubierta de manera fortuita durante la realización de trabajos agrícolas en los años setenta del siglo XX, fue objeto de varias campañas de excavaciones  arqueológicas que sacaron a la luz parte de una gran casa palaciega con al menos diez habitaciones y cuatro pasillos, ocupada probablemente entre los siglos IV y VI.

Después, en la alta Edad Media, entre los siglos IX y XI, alguno de sus espacios fue utilizado como cementerio.

Esta mansión señorial se encuentra en las proximidades de la vía que unía Caesaraugusta (Zaragoza), Asturica Augusta (Astorga) y Bracara Augusta (Braga, Portugal), perteneciendo al territorio de la ciudad de Clunia Sulpicia, situada a unos pocos kilómetros.

Destacan los pavimentos de mosaicos, tan comunes en este tipo de asentamientos, como el de la habitación principal de 66 m2, el oecus, que contiene escenas figuradas dedicadas al dios Baco rodeadas por una ancha cenefa de motivos geométricos, con seis escenas de caza y cuatro bustos masculinos en las esquinas y otros dos debajo de las escenas, quizás retratos de los propietarios de la villa. Los motivos centrales representan al dios del vino, por lo que este tema mitológico podría estar haciendo referencia a que la principal actividad agropecuaria de la villa fuera ya la producción de vino, en coincidencia con la de la actualidad en esta zona de la Ribera del Duero.

En 2011 se produjo el robo de parte de este mosaico, el emblema central, y en 2015 se colocó una réplica del fragmento perdido.

Otro mosaico destacado es el del triclinium, o comedor, que tiene planta en forma de T y que representa motivos geométricos; o el de otra de las estancias menores, sin uso definido y que muestra una figura femenina, quizás la diosa Fortuna.

Algunas de estas habitaciones cuentan con sistema de calefacción por aire bajo los suelos, conocido como hipocaustum, del que aún se pueden observar sus restos.

Tanto los mosaicos como los restos arquitectónicos descubiertos fueron restaurados y consolidados y cubiertos con un edificio en el que se incorporó un sistema de pasarelas que permiten recorrer las habitaciones descubiertas, que son solo una parte del total de la villa. Así el visitante puede entrar en la propia casa bajo-imperial, recorrer sus salas y pasillos y admirar sus pavimentos de cerca, con la lectura, al mismo tiempo, de paneles explicativos que le ofrecen datos relevantes sobre lo que está observando.

Un atractivo más de la visita a la villa es la Fiesta romana en honor a Baco que se celebra a finales de agosto, en la que los habitantes de la localidad y los visitantes se disfrazan y comparten juegos, bailes y comidas.